ESTUDIO DOCUMENTAL SOBRE “LA TAMBORA”, EXPRESIÓN CULTURAL DE TAMALAMEQUE Y LA DEPRESIÓN MOMPOSINA

 

1)     CONTEXTO HISTÓRICO Y GENERALIDADES DE SAN MIGUEL DE LAS PALMAS DE TAMALAMEQUE (CESAR)

Pueblo de Tamalameque no

te podernos olvidar nos

brindas buena atención

cuando llegamos al festival

Ana Matilde Alvarado

San Miguel de las Palmas de Tamalameque (Cesar) es un municipio ubicado al sur del departamento del Cesar en la orilla oriental del Río Grande de la Magdalena. Fue fundado oficialmente en 1544 por Lorenzo Martín, luego de haber sido establecidos en la región algunos asentamientos por los que pasaron algunos personajes ilustres de la Colonia como Pedro de Lerma, Diego de Viana, Ambrosio Alfinger y Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá. Por estar a orillas del Río Magdalena, es una ruta obligada de paso del norte del país en la costa atlántica, hacia el interior del territorio nacional, por esta razón, es una de las poblaciones más antiguas del territorio colombiano, habiendo cumplido ya sus 460 años de fundación.

Tamalameque inicial mente fue un pueblo indígena enclavado en una isla en la Ciénaga de Zapatosa -posiblemente Isla Grande- ahí habitaba el Cacique Tamalaguataca o Tamalameque, una especie de Rey Indio que gobernaba toda la nación Chimila. Por los constantes ataques de los colonizadores españoles, los indios mudaron la población hasta junto al Río Cesar y le dieron el nombre de THAMARA o TAMALAMEQUE.[1]

En el museo del Oro de la ciudad de Bogotá, está expuesto un importante tesoro orfebre de la cultura Tamalameque que habitó esta zona del Magdalena Medio. . Hay una expresión bastante difundida entre los Tamalamequeros que dicen que “Tamalameque está escrita en letras de oro en Bogotá”. Eran reconocidas las prácticas de la orfebrería de la época, hasta hoy que se practican en la ciudad de Mompóx como una de las tradiciones inmateriales más importantes

El municipio de Mompóx, ubicado en el Departamento de Bolívar, cuenta con una tradición artesanal que ha perdurado a lo largo de siglos y en la cual resalta el arte de la orfebrería, no sólo por la mano de obra que vincula, sino también por el amplio reconocimiento social de esta labor.[2]

A este respecto, también encontramos el siguiente documento que lo atestigua:

 «Los vecinos de éste pueblo por mayor parte labran oro, e tienen sus forjas, e yunques, e martillos, que son de piedra fuerte: Algunos dicen que son de metal negro a manera de esmeril. Los martillos son tamaños como huevos o más pequeños, e yunques tan grandes, como quezo marroquí, de piedras foríissimas: los fuelles son unos canutos tan gruesos como tres dedos o más, y tan luengos como dos palmos. Tienen unas romanas sotiles con que pesan, y son de un hueso blanco, que quiere parecer marfil; y también los hay de un palo negro, como ébano. Tienen sus muescas e puntos para crecer e menguar el peso, como nuestras romanas; pesan en ellas desde peso de medio castellano, que son cuarenta e ocho granos, hasta un marco, que son cincuenta castellanos, que es ocho onzas no mas; porque son pequeñas romanas».[3]

Dentro de las generalidades del municipio, podemos decir que se llega a él por la troncal del Magdalena Medio que va hacia la costa Caribe. En la población de El Burro se desvía por una carretera de 17 km hasta llegar a su casco urbano. Tamalameque tiene algunos corregimientos, caseríos y veredas, siendo el más importante Puerto Boca por ser un paso obligado del carbón extraído por la empresa Ecocarbón. Por esta actividad económica, el municipio recibe regalías que en 1997 fueron de $300 millones de pesos.

La Comisión Nacional de Regalías aprobó el traslado de 300 millones a la Empresa Colombiana de Carbón (Ecocarbón) para iniciar los estudios del proyecto portuario del municipio de Tamalameque, dijo el experto de la Unidad Regional Costa Atlántica, Luis Eduardo Vides Gómez.

En comunicación enviada al director de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Horlandy Castro, el Experto explicó que fue aprobada por unanimidad, el pasado 2 de diciembre, los traslados presupuestales solicitados a la Comisión Nacional de Regalías que a su vez autorizó a Ecocarbón para el respectivo acto administrativo.

Se trasladaron 100 millones de pesos, correspondiente a la presente vigencia y 200 millones de la vigencia de 1998 del proyecto Inversión y Desarrollo Tecnológico Ambiental de los Carbones, al Puerto Integral de la Costa Atlántica con destino al convenio Promotora Puerto Fluvial de Tamalameque.

Puntualizó que el puerto de Tamalameque es una infraestructura básica para el desarrollo logístico del puerto de Bocas de Ceniza.[4]

La economía de este municipio, además del carbón, gira en torno a la pesca, que corresponde a  la actividad más importante pues la topografía de Tamalameque es particularmente formada por ciénagas, playones y humedales.

Esto da las dimensiones de su potencial pesquero, por el cual la gran mayoría de su población deriva su sustento de la pesca artesanal, comercializando sus productos con los pueblos circunvecinos y con la ciudad de Bucaramanga. [5]

Así mismo, la agricultura y la ganadería corresponden a otros sectores importantes de la economía.

El Municipio de Tamalameque tiene una extensión aproximadamente de 51.131 Has. de los cuales el 48% están destinados a la producción pecuaria, el 11% a la producción agrícola, el 16% corresponden a los espejos de agua, incluyendo los 30 Km. del Río Magdalena, el 19% lo constituye la reserva forestal y el 6% restante es área improductiva.[6]

Tamalameque es dueña de una abundante y rica tradición oral que la identifica de otras regiones del país, y que en cierta manera, ha contribuido para que se desarrolle la tambora como la representación artística más importante del lugar. Algunos elementos de esa tradición han servido para componer las letras interpretadas por las cantadoras, cuyos temas van desde lo religioso hasta situaciones de la vida cotidiana que tienen un influjo importante en la forma de vida de la gente.

Es de bastante mención la leyenda de la “Llorona loca” inmortalizada en el paseo de Benito Barros. Con la leyenda de la Luz Corredora, del caballo cojo  del cuero arrastrao, la llorona loca es la muestra de la tradición oral casi inmutable.

También es importante la celebración de las fiestas paganas y religiosas del municipio. Desde el aspecto religioso, se celebra la fiesta del Santo Cristo al que se le atribuyen cantidad de milagros, y la fiesta del patrono San Miguel. Estos días suelen acompañarse de guachernas de tamboras así como el treinta y uno de diciembre y la fiesta de la Pascua.

2)    LA TAMBORA DE SAN MIGUEL DE LAS PALMAS DE TAMALAMEQUE

En los tiempos de mi abuelo se bailaba la

tambora ahora que murieron ninguno le para

bolas.

Luis Eugenio Imbrechts

 

Dentro de todo el patrimonio inmaterial de la cultura tamalamequera, juega un papel preponderante la modalidad de canto y de baile autóctonos de esta región y que ha sido difundida por toda esta región del Magdalena medio que comprende el brazo de Mompóx.

Para comenzar definiendo el contexto histórico de esta expresión cultural, podemos decir que su nombre proviene del instrumento musical llamado Tambora (hembra). Instrumento éste formado por un cilindro de madera, cuyas dos bocas están cubiertas por unos cueros, generalmente de carnero, los cuales son golpeados con unas cortas varas o mambacos.

La tambora o bombo es un instrumento que ha sido asimilado por las comunidades afrocolombianas (…). Se fabrica con el tronco de un árbol llamado banco. Los parches se elaboran con piel de venado, chivo u oveja. Los elementos se ensamblan con la ayuda de un par de aros en los que se aseguran, de manera indirecta, las membranas. Tiene forma cilíndrica y profundidad media. Se considera un instrumento cuyo sonido es producido por la vibración de dos membranas en tensión.

Se toca por percusión sobre la membrana con una baqueta abollonada de 15 centímetros de longitud denominada remo, mientras el cuerpo se percute con otra baqueta de punta lisa llamada golpe. Parece ser que el sonido de la tambora depende de la calidad del cuero utilizado para la elaboración de las membranas. De acuerdo con esto, el sonido producido podría ser poco nítido y grave o nítido y agudo.[7]

La tambora o bombo como también se le conoce, es el instrumento de la organología colombiana con más presencia en los ritmos musicales del país. El área de difusión del instrumento abarca por lo menos tres grandes regiones culturales, la Caribe, el Pacifico y la Andina haciendo parte de sones, currulaos y rajaleñas entre otros. Para el caso del Caribe colombiano este instrumento hace parte de grupos de músicas tradicionales que se extienden desde la península de la Guajira hasta el norte de Antioquia y al igual que los tambores, es notable su ausencia en la música del Archipiélago colombiano. [8]

Hay una pequeña confusión que se produce al tratar de dar un significado al término real de la palabra tambora, pues designa un instrumento musical y al mismo tiempo, una forma de expresión dancística:

En efecto, para los pobladores de la depresión momposina, y en particular de los de la subregión de Loba, la palabra tambora se utiliza para designar indistintamente: una fiesta celebrada en la víspera de ciertas festividades religiosas en torno a la Navidad y al mes de diciembre, y que se ha venido secularizando; también, la música y la danza interpretada durante la celebración de esta fiesta; a la vez, el grupo instrumental u orquesta de percusión y voces que ejecuta esta música, además el más común de los ritmos que acompañan los bailes y cantos; y, finalmente, uno de los instrumentos de percusión de la orquesta [9]

Existen algunas teorías que ubican el nacimiento del instrumento musical en Europa en el siglo XVIII donde se usaba un instrumento en forma de bombo que servía en comparsas de carnaval y en desfiles militares. Su llegada a territorio americano y mas concretamente al colombiano se daría al hombro de militares que formaban parte de las bandas marciales que acompañaban los combates en épocas de guerras y los bailes en los ratos de paz.

Otra teoría ubica el nacimiento de este instrumento en las tierras nativas donde se han visto rezagos desde la Sierra Nevada de Santa Marta, hasta el norte del departamento de Antioquia.

La incorporación de la tambora a la percusión tradicional costeña se sugiere paulatina y mediada por la búsqueda de una mayor sonoridad o por el enriquecimiento armónico del conjunto instrumental, toda vez que ritmos actuales en los que se observa su uso, en especial los bailes cantados, se interpretaban originalmente solo con el tambor hembra o con los tambores hembra y macho.[10]

Otro de los instrumento utilizados en el baile de la tambora es el currulao, que corresponde a un cilindro semicónico de madera, forrado en su boca superior (la más grande) por un parche de piel, tensados con bejucos o cáñamos, y unas cuñas de madera; el cual es golpeado con las yemas de tos dedos mientras se suspende y se golpea rítmicamente contra el suelo, entre las rodillas y pantorrillas del ejecutante.[11]

Otro de los instrumentos utilizados son los gatillos que son una especie de tablillas de madera, éstos a su vez han sido reemplazados por las palmas que imitan el mismo ruido. En otras partes se suele usar una tamborina, similar a la tambora pero sin un parche en uno de los lados; esta se toca con las manos. Otro instrumento es el guache, un tubo metálico sellado con semillas en su interior. No se sabe su procedencia.

3) ORIGEN TRIÉNICO DE LA TAMBORA

Santanita la de Hatillo su

corona es un tembleque viva

San Martín de Loba y el

Cristo de Tamalameque

Gumersindo Palencia Gíl

 

Nuestras investigaciones nos llevan a concluir que «La Tambora» como manifestación cultural y folclórica del hombre del río Magdalena, tuvo una conformación triétnica, debido a que el indio, el Negro y el blanco, todos en su medida cultural y a su debido tiempo, hicieron su aporte, dentro del acontecer histórico del río Magdalena.

Los Indios Chimilas, esos bravos guerreros descendientes de los bravíos Caribes, poblaron el vasto territorio de la margen derecha del río Magdalena, desde frente a la isla de Mompox hasta Gamarra, cerrando un triángulo en el Valle de Upar. Ese vastísimo reino Chimila era regentado por el cacique Tamalaguataca, quien junto con su pueblo prefirió la extinción y la muerte al sometimiento del yugo español. Todavía quedan perdidos en la selva de la región Chimila, entre el Copey y Fundación un reducto de algunos descendientes de estos bravos guerreros, como testimonio de su existencia, conservando su original forma de vida; sin saber, tal vez, que en su momento, fueron los amos y señores de un reino y poderío, que haría palidecer de envidia a cualquier «Cacique» de nuestros días. En fin, estos bravos Chimilas, tal vez, en sus ceremonias religiosas, donde hacían sus ofrendas al dios MARAYAJNA, o a ITAYLAS su demonio, danzaban alrededor de un tronco hueco, el cual era golpeado por unos palos, arrancándole un ritmo para marcar la cadencia de la danza.

Sabido por todos el advenimiento del negro al territorio Americano; pues, bien, el negro fue introducido a través del rió Magdalena, como esclavo para el trabajo de minería y después fue remitido a la labor de boga en el rió para reemplazar el indio que estaba siendo aniquilado por este duro trabajo. El trabajo de boga que ejecutó primero el indio solo y después junto con el negro, dio pie para fundir en parte a estas culturas diferentes, pero unidas en el sufrimiento, haciendo posible el cruce racial también. El Negro aportó los parches a la Tambora e impuso el ritmo, del cual eran maestros en su África lejana, aportó además, el lamento en los cantos.

El Conquistador, el español que irrumpe en la vida americana, imponiendo violentamente su cultura — A más de la cruz y de la espada, trajeron el gonococo, como diría el Tuerto López—, El papel que desempeñan en la conformación de la Tambora, es la inclusión de su vestido. Como dato curioso, la negra que tuvo que vestir, obligada las prendas de la blanca; («Noches de San Zenón: El ama obligaba a la negra a vestir sus prendas, vestidos y mejores atuendos, para regocijo de los blancos»), pero como signo de rebeldía, la negra se dejó el faldón de la blusa por fuera, nunca se lo encajó, dejando testimonio de su dignidad. Este hecho significativo, de la rebeldía negra, lo hemos respetado y aún en nuestros días, al bailar la Tambora, nuestras mujeres no se encajan la blusa. [12]

4) MODALIDADES

Dale, dale, dale duro dale

duro a esa tambora que si

se rompe ese cuero el mío

yo lo pongo ahora.

Joaquín Daniel Vélez Vanegas

 

En el baile como en la interpretación del instrumento, se definen cuatro modalidades diferentes de aires que la hacen versátil y expresiva. Estos aires son:

La Tambora-tambora: es el más tradicional de éstos aires se caracteriza por el ritmo del canto y la instrumentación, donde los mambácos golpean el parche de la Tambora y suben una vez cada tantos compases a golpear la madera en la parte del borde del cilindro revestido de cuero.

La Guacherna: Es un ate más alegre, un poco más rápido que el anterior, donde los mambácos golpean primero el cuero y después la madera, subiendo ambos palos a golpear cuero y madera en el instrumento.

El Berroche o Pereque: Es el aire más alegre de la Tambora donde las baquetas, una golpea el cuero y otra la madera, dando unas resonancias características que invitan al baile, Canción típica de Berroche.

El Chandé: Es tal vez la modalidad más difundida nacionalmente debido al trabajo de Totó la Momposina; con el agravante de ser en muchas partes distorsionado en el aspecto de la Danza.

En muchos pueblos desapareció el Chandé y en otros, pocos ancianos lo bailan, por lo cual ha sido difícil recabar material auténtico sobre este aire constitutivo de la Tambora. La ejecución del instrumento es como la del Garabato, o Danza de la Muerte. [13]

5) BAILE

En épocas de diciembre se

oía sonar las tamboras y por

las calles de mi pueblo se

oía gritar la Llorona.

José Luís Robles Payares.

 En el baile de la tambora se puede ver de una forma clara la manera de pensamiento de las personas que interpretan la danza.

Es una Danza cadenciosa y sensual, donde los pies no se levantan del suelo, donde las caderas van serenas sin movimientos exagerados. En este rasca-pié de la Danza, el parejo invita y persigue a la mujer, mientras ella lo esquiva. Ella coquetea pero rehusé a la galantería del parejo; solo permite el mayor acercamiento en una parte de la Tambora que llaman «El Gosao», donde se acelera el ritmo de la canción y se repican los cueros de la Tambora. La pareja realiza en su Danza las actividades que el Cantador en sus versos va narrando.

Es muy importante también resaltar las noches de guacherna, que se celebran en la víspera de alguna fiesta religiosa importante o en navidad. En ellas, la gente suele reunirse en un sitio a bailar y a cantar tambora haciéndola parte de la celebración. Es muy frecuente el consumo de bebidas alcohólicas como el ron que lo provee la gente más pudiente de la comunidad mediante algunos juegos:

En estas noches de Guacherna, vale mencionar por sus características especiales la del 31 de Diciembre a amanecer primero de Enero, donde los tamboreros festejaban la entrada del Año Nuevo, con una Tambora más concurrida que las otras, ya que casi todo el pueblo asistía y en la madrugada, cualquiera cortaba una rama de un árbol a la cual le amarraban unas velas encendidas, armando «(El Pajarito)»; puestos de acuerdo, músicos y bailadores, levantaban la Guacherna, y comenzando el recorrido del poblado, Danzando y cantando detrás del «Pajarito» (La rama adornada con las espermas encendidas, que blandía una persona bailando delante del montón); en este recorrido se cantaba el Berroche: «El Pajarito”, parando frente a  la puerta de las casas de las personas pudientes, donde se les improvisaba versos, llenos de picardía, exigiendo en pago una botella de ron, quien no le diera, tenía que acompañar obligado a los Tamboreros, en el resto del recorrido. En los diferentes pueblos donde se practica la Tambora, cuando esta se hace caminando las calles del pueblo como en el caso del Pajarito en Tamalameque, se denomina como Tambora de paseo.[14]

6) VESTUARIOS

Yo te canto Chimichagua

y un favor te pido ahora

que me prestes tu Piragua

pa’ yo paseá la Llorona.

Luis Eugenio Imbrechts.

El baile de la tambora se hace con dos pintorescos trajes:

En el hombre, se utiliza un pantalón blanco y camisa blanca remangada. Un pañuelo rojo en el cuello y un sombrero “Concha e Jobo” a pie descalza.

La mujer tiene un ajuar más elaborado, tiene un vestido que simula el traje de la mujer española, pero con la particularidad que se porta como una negra con la blusa por fuera de la falda para mostrar la rebeldía del negro. La falda llega hasta los tobillos, la blusa es adornada por encajes, una pañoleta en el cuello y un tocado de flores rojas en el cabello que va hacia el lado izquierdo si se es señorita y al lado derecho si ya hubo desfloración.

Sobre esto de la flor de coral en la cabeza se dice: Quienes la lleven a la izquierda son señoritas y quienes la lleven a la derecha son señoras: Este dato es defendido por unos y rebatidos por otros en igual medida, por lo cual lo damos como dato curioso pendiente de confirmar.[15]

7) Personajes

 

Con mucho recuerdo y estima

menciono de corazón la que dio

nombre a la Tarima Pacha

Gamboa, madre del folclor.

Diógenes Armando Pino

 El baile de la tambora ha sido interpretado por diferentes personas y muchos han contribuido para que se desarrolle como lo tenemos actualmente. Entre ellos tenemos:

Pacha Gamboa: Menuda mujer de pelo lacio, que vivió hasta su muerte en Tamalameque, la menciono de primero, debido a que la pasión por las Tamboras, la hizo vivir anécdotas bellísimas, que enriquecen a nuestro folclor. Actualmente, la tarima donde se realiza el festival anual de la tambora, lleva su nombre.

Cuentan los abuelos, que era tal la pasión que sentía Pacha Gamboa por las Tamboras, que en noches de Guacherna se escapaba de su hogar, dejando a su marido dormido; se escapaba y se iba a bailar Tamboras hasta el amanecer, después de locuaz sigilosamente, volvía a su hogar, y silenciosa se deslizaba dentro del catre, bajo el toldo, donde roncaba su marido.

En una noche de tantas, el marido notó su ausencia y orientado por el sonar de Tamboras, se decide ir en busca de Pacha. Se dirige al ruedo de curiosos que rodea los bailadores, y en el centro alcanza a avizorar a su mujer, bailando extasiada la Tambora.

Ella nota su presencia, y en su gesto adusto, adivina su mal humor y la intención de vociferarle su falta ante la concurrencia. Por lo cual ella aprovechando el espacio de respiro del cantante, tomando personalmente la melodía, canta con melosa voz, mirando a su marido:

«Desde aquí te estoy mirando

cara a cara y frente a frente,

no me vay a deslucí

que estoy entre tanta gente».[16]

Brígida Maldonado: Cantadora de Tambora, se caracterizó por ser el juglar local, componiendo gran cantidad de canciones e improvisando versos, cual Rapsoda tamboreril, donde describía vida y milagros de sus vecinos.

Concho Guerra: Marido de Brígida Maldonado, máximo ejecutor del Currulao quien con sus dedos amputados por una lepra «Santanton», arrancaba de los cueros la magia de este ritmo hermoso llamado Tambora.

Digna Villarreal: Viva aún, la mejor voz cantadora de Tambora de la Región, quien toda la noche verseaba sin que su voz se debilitara. Tan bella y sonora era su voz, que los tamboreros sostienen, que en una noche de guacherna donde se daba la piquería, con unas cantadoras foráneas, causando tal envidia por su voz y su gracia, que estas le hicieron un maleficio dejándola  parapléjica de por vida.


[1] PINO ÁVILA, DIÓGENES ARMANDO, Tamalameque, Historia y Leyenda, Editorial Fumprocep, Bucaramanga, 1991, p.13.

[3] RANGEL PAVA, GENECCO, El país del Pocabuy, Bogotá, Editora Nelly, 1947, p.38-39

[9] CARBÓ RONDEROS, GUILLERMO. Tambora y Festival, Influencias del Festival Regional en las Prácticas de la Música Tradicional. Huellas, Revista de la Universidad del Norte. 14 (2008): 2

[11] PINO ÁVILA, DIÓGENES ARMANDO. La Tambora, Universo Mágico. Editorial Fumprocep, Bucaramanga, 1990, p.13-14

[13] PINO ÁVILA, DIÓGENES ARMANDO. La Tambora, Universo Mágico. P.15.

[14] Ibíd. P. 19

[15] Ibíd. P. 20

[16] Ibíd. P. 20.

Bachillerato como posibilidad para la vida y la convivencia

Bachillerato Pacicultor primera promoción 2011

Que no sea por la corona que se marchita

Es octubre, la fiebre de la campaña electoral en todos los municipios de Colombia. El próximo 30, más de 29 millones de Colombianos habilitados para participar en las urnas, elegirán a sus gobernadores, diputados, alcaldes y concejales.

Los municipios de Colombia nuevamente viven el furor de las elecciones de autoridades locales, proceso que representa para algunos una lluvia de posibilidades para asegurarse su porvenir durante los próximos cuatro años y para otros, la amarga sensación de tener qué agachar la cabeza porque lo invertido no dio resultados.

Pareciese que este proceso ya no representa el interés por representar a los ciudadanos en los escaños de poder, sino por posicionar en los mismos a un sinnúmero de aliados, que garanticen la continuidad de los procesos, muchos de ellos viciados por su antigüedad. En la comunidad queda la resignación de saber que todo será igual y que la paca de cemento, el mercado o en el peor de los casos el tamal, será lo único que les quede.

Con resignación, en esta época se reciben los impactos de unos eslóganes políticos cada vez más pobres y esquemáticos, cada vez más tradicionales. Se diría que en los últimos tiempos no sólo la capacidad argumentativa, sino también la imaginación han desaparecido de las maquinarias responsables de la elaboración de los discursos políticos. Este elemento se convirtió ya en una contradicción en los términos en los que se apoyan los candidatos para persuadirnos de que es mejor votarlos a ellos que a los otros, o que quedarse en casa.

Es así como durante las campañas, resulta cada vez más útil cuando un candidato no tiene otra arma que denigrar de su contrincante, haciendo de este discurso un arma que le permitirá, con el papel de víctima, granjearse el apoyo de las personas. Si esta es la manera, ¿qué características tendría un gobierno cimentado sobre el engaño y la manipulación?¿Dónde queda la visión objetiva de los problemas que aquejan a la sociedad sin distinción?

Durante el periodo preelectoral, cada día van apareciendo nuevos rostros, que además de contaminar nuestras calles con sus afiches y pendones, hacen dar cuenta de que el proceso electoral es toda una carrera de obstáculos. Pasar por encima de los demás es la meta, no desde el discurso político-pragmático de antes, sino desde una modalidad donde los ofrecimientos automáticamente se convierten en votos.

La política actual está ligada con el modelo económico imperante, el que más tiene tendrá más, el que tiene los recursos alcanzará los primeros lugares. No cuentan los ideales de quienes ven los problemas desde abajo y que posiblemente tienen mejores ideas para enfrentarlos. Se lucha en un ambiente mercantilizado; sin embargo, la excusa del bienestar común sigue siendo la demagogia.

Lo más curioso de esta situación, es que quienes aspiran a los cargos conocen ya el lado flaco de la ciudadanía, saben que entre más necesidad encuentren, más armas de manipulación tendrán a su alcance. Ya un candidato es elegido por hablar bonito y en los últimos años, porque potoshop ayudó en la imagen de sus carteles y enamoraron al pueblo.

Hoy con el boom del Marketing Electoral en las sociedades democráticas modernas, el problema de evaluar las virtudes de los candidatos que garanticen el mejor desempeño posible de los puestos públicos, se ha vuelto tan complejo como las propias tareas del gobierno, de modo que ahora las virtudes de un buen candidato no son necesariamente las mismas de un buen gobernante, pues la capacidad de comunicación persuasiva, determinante para el éxito de una campaña, no es suficiente para el manejo competente del gobierno.

Esto lo resume de forma magistral el indio Jiddu Krishnamurti “El político trata sólo con la política; el moralista, con la moral; el sedicente maestro espiritual, con el espíritu; cada cual pensando que es un experto y excluyendo a todos los demás. Toda nuestra estructura social se basa en eso, y así estos líderes en las diversas áreas de la actividad humana, causan mayores estragos y traen más desdicha al mundo. La política es meramente un instrumento de explotación; pero si él considera la vida como un todo, no únicamente la política (por la cual entiende sólo su país, su pueblo y la explotación de los demás), y contemplara los problemas humanos no como problemas nacionales, sino mundiales; no como problemas americanos, hindúes o alemanes; entonces, si comprendiera aquello de que hablo, sería un verdadero ser humano, no un simple político.”

 

 

Para los que prometen el puente sin estar el río

Colombia está en este momento en la preparación de las elecciones regionales que se celebrarán en el mes de octubre. Los candidatos en esta época buscan alcanzar una mayoría de simpatizantes, a veces valiéndose de tácticas que no corresponden con el verdadero sentido de la democracia.

De acuerdo con sondeos de opinión hechos por diferentes instituciones y por el sentir casi generalizado de la ciudadanía, la percepción que se tiene del ejercicio de la política no es la mejor. El término se ha degradado hasta el punto de que para algunos llega a ser repulsivo. Esto se debe a las malas experiencias que ha vivido el país, principalmente en materia de corrupción y mal gobierno, con un sinnúmero de escándalos que a diario acaparan todo el espacio de noticieros y periódicos.

En la memoria colectiva han quedado situaciones particulares, que ineludiblemente van resquebrajando el deseo de los electores, quienes en la mayoría de los casos se muestran escépticos cada vez que se plantean y dan a conocer planes de gobierno y propuestas. Este tipo de situaciones han degenerado el verdadero arte de administrar en clientelismo y bien particular. La concepción de buen político ya no es quien propende por el bien común, sino por las necesidades de sus amigos.

Ante este panorama, se hacen válidas las palabras del escritor inglés Aldous Huxley, quien manifestaba que “Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de todo su lenguaje”. Una verdadera pedagogía de la política debe ser inculcada como medida de choque para enfrentar esta situación, y devolver el real sentido de lo que significa el buen gobierno.

El mundo actual sugiere nuevas respuestas ante las preguntas de siempre. Los gobernantes deberían apuntarse en la tarea de ser verdaderos visionarios no sólo de las necesidades latentes, sino también de las que surgirán. Como todo organismo vivo, la sociedad va experimentando cambios, así como también nuevas enfermedades que requieren de nuevos tratamientos para curarlas. Como lo dice Humberto Maturana, «Todo proceso político es un proceso biológico, pero ¿qué político sabe esto?»

Una verdadera pedagogía de la política debe permear el ejercicio que adelantan los candidatos en esta época, una verdadera demostración de que lo que parece imposible, con la participación de todos puede llegar a ser viable. Un pueblo sin educación es una masa fácilmente manipulable, que tiene los ojos vendados ante lo que realmente es necesario y que representan las verdaderas soluciones.

El interés de los gobernantes, frecuentemente desviado de lo que debería ser, no debe ser otro que propender por el bienestar de todos y todas, poniendo de presente que la herramienta más indicada para sacar adelante la sociedad es la educación, que es el paradigma de las demás acciones. No garantizando la cobertura, que es casi completa, sino la calidad.

En toda esta dinámica, la comunidad juega un papel preponderante, puesto que es quien elige a sus propios gobernantes. Que el prejuicio no sea la razón que motive para abstenerse de participar, puesto que es en manos de la gente que está su propio futuro; pero que tampoco sea lo contrario donde se pueda expresar como lo expresó Charles Bukowsky, “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes.” La PARTICIPACIÓN es la clave, es la herramienta dinamizadora de todo este proceso.

Una Diócesis que se desangra

En la inequidad social puede resumirse la causa del conflicto que se acentúa con fuerza en esta zona del país. Colombia continúa siendo uno de los países con más desigualdad del mundo, superando ya las cifras de Brasil. Hasta ahora las autoridades reconocen la existencia del conflicto armado.

A pesar de que en los medios de Comunicación se ve constantemente una supuesta mejoría de la situación de orden público en todo el territorio nacional, la realidad se contrapone de una forma evidente para los pobladores de esta zona del país, específicamente, en los territorios que conforman la Diócesis de Ocaña. La ciudad continúa siendo la segunda de Norte de Santander en la recepción de población en situación de desplazamiento, que no cuenta con condiciones óptimas para su normal sustento y mucho menos, con las oportunidades que le garantizará una mejora en su calidad de vida.

Muchos son los problemas por los que atraviesa la región, y ante los cuales la sociedad, sea por desinformación o por conveniencia, ha querido cerrar los ojos. Para nadie es desconocido por ejemplo que la zona del Catatumbo, se convirtió en uno de los mejores escenarios de producción de cultivos ilícitos en el país. Los campesinos, ante la falta de opciones y la presunta presión de los grupos alzados en armas que operan en esta zona, no tienen otra alternativa que dedicarse a esta actividad, siendo indirectamente actores y víctimas de este conflicto regional.

Situaciones como el reclutamiento de niños y niñas en el conflicto armado, cuyas cifras son alarmantes según cifras de la Defensoría del Pueblo en Cesar y Norte de Santander, no sólo es responsabilidad de los grupos armados ilegales que lo hacen de forma directa; sino también de las mismas tropas de las fuerzas militares, quienes indirectamente involucran a los menores al solicitarles información sobre la ubicación de personas o cuando  los utilizan a como guías por las zonas de los combates.

En varias ocasiones, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han hecho una radiografía bastante cercana de lo que sucede con respecto a los niños y niñas de la región, tanto que hasta el mismo Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki Moon en su informe general del 28 de agosto de 2009, señaló de una forma detallada cuál es la realidad del Reclutamiento en Colombia, donde los niños son las principales víctimas.

Nuestra población en condición de desplazamiento, es la que ha llevado la peor parte en todo este contexto. Tras de que han sufrido a causa de su movilización a la ciudad luego de haberlo perdido todo, incluso a sus familiares y allegados; deben enfrentar el estigma que ha generado en la población el hecho de ser desplazado. Las políticas que se han implementado como socorro para estas personas, no han sido diseñadas para una reparación a largo plazo de su situación; por el contrario, han convertido a nuestros campesinos en ‘mendigos’ que esperan siempre el apoyo del Estado paternalista, sin mediar las consecuencias de lo que pase cuando falte la ayuda.

Precisamente este panorama de desolación que tiene la población vulnerable se acentúa más, teniendo en cuenta que la carencia de lo indispensable para vivir es uno de los detonantes de violencia en nuestra sociedad y naciendo de esta forma un círculo vicioso muy difícil de combatir. Agregándole a esta situación, que son estas comunidades quienes presentan los mayores índices de analfabetización, embarazos no deseados, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, enfermedades de transmisión sexual y otras situaciones que no posibilitan su desarrollo.

La responsabilidad directa de hacer que el panorama se torne más amable, recae en los dirigentes que asumirán el poder de nuestros pueblos y a quienes se elegirá el próximo mes de octubre.  Como ciudadanos, todos tienen la oportunidad de elegir no a personas, sino a programas que realmente vayan encaminados a la satisfacción de las necesidades de los más pobres y al mejoramiento de lo que se tiene y se realizó en las presentes administraciónes, teniendo siempre de presente que la educación que deviene de la comunicación, es la alternativa que falta potenciar más y la salida viable según el ejemplo de otros pueblos.

Pero quien peca y reza empata…

La Iglesia católica representó y jugó un papel importante en la Villa de Caro en la época colonial, desde la fundación de Ocaña el 14 de diciembre de 1570. Las órdenes religiosas, encargadas en primera medida de la Evangelización de los habitantes de la comarca, condicionaron enormemente el devenir histórico, tanto que en los principales documentos históricos, la mayoría de evidencias hacen referencia a asuntos eclesiásticos.

Para los pobladores, era un verdadero acontecimiento la llegada de los Obispos de la Diócesis de Santa Marta, de la cual Ocaña era sufragánea, así como los matrimonios y funerales de las personalidades, quedando abundante evidencia en los escritos de Alejo Amaya, cuya obra fue publicada en 1906 y posteriormente reeditada por la Biblioteca de Autores Ocañeros.

Frailes Agustinos

A pesar que por antonomasia, la Iglesia es la encargada de regular los asuntos morales y las normas de comportamiento basadas en el pensamiento cristiano, en los documentos hay constancia de algunos hechos que no comulgan con esta concepción y que fueron protagonizados por los religiosos.

Una de estas situaciones sucedió a mediados del siglo XVII con los frailes de la Orden de San Agustín, quienes viendo el estado lamentable en que se encontraba la ermita de San Sebastián, pidieron el patronazgo de un hombre acaudalado de la época a cambio de algunos beneficios religiosos como la sepultura dentro de la capilla para todos sus familiares y el porte de la llave del Sagrario el Jueves Santo. Los religiosos, además de incumplir con su promesa, otorgaron los privilegios a otras personas pudientes, a pesar de haber utilizado el dinero del primero.

Iglesia de San Agustín, antigua ermita de San Sebastián (Ocaña)

Otro hecho de particular mención lo protagonizaron los hermanos jesuitas, quienes hurtaron el dinero de unas haciendas que habían sido donadas para la construcción del primer colegio de Ocaña que sería en el año de 1681. Estos recursos habían sido donados por uno de los cuatro Antón García, quien manifestaba un serio interés por la educación en la época.

Ante estos hechos, queda en evidencia que, a pesar de pertenecer estas personas a una comunidad religiosa, eran también humanos y por tanto poseían en su ser todos los vicios que porta en sí su propia naturaleza de seres limitados. Esto demuestra que la historia es cíclica y desmiente la expresión de que todo tiempo pasado fue mejor.

Escudo de la Compañía de Jesús

El papel de la mujer ocañera antes del siglo XX

Nicolasa Ibáñez, Mujer Ilustre de la República

A pesar de que en la comarca, antes del siglo XX, las mujeres no tenían participación en la vida política y en general en lo público, algunas menciones les han merecido principalmente en asuntos que se refieren al normal devenir o a la cotidianidad.

El puesto que correspondía a las mujeres tenía qué ver con las labores domésticas; en su mayoría era iletradas y estaban bajo la subordinación de sus esposos.

Bárbara Vicenta Lemus, asistente a la Gran Convención disfrazada de hombre

Pese a su condición de inferioridad, había algunas disposiciones que, de cierta manera, garantizaban la defensa de su honra, como la pena de prisión para aquellos transgresores de un compromiso matrimonial, ordenada por la Iglesia y ejecutada por el estado. Esto hacía que se resarciera el daño de la prometida, quien se preparaba durante toda su vida para casarse.

Otra situación, que genera particular mención, es que a finales del siglo XVII, por la misma situación de represión, se comenzó a dar una situación propiciada por la llegada de los esclavos, quienes producían mayor atracción física que los naturales de la Villa. Esto hizo que ellas tuvieran relaciones sexuales con sus sometidos en los llamados bailes de tambor, aumentando el índice de embarazos no deseados y por consiguiente, de abortos clandestinos.

Agripina Pacheco de Morales Berti, Aristócrata

Por otra parte, es interesante leer los escritos que hacen referencia a los matrimonios de la época, donde son mencionadas las mujeres más prestantes de la localidad, en celebraciones que duraban varios días.

La figura de la mujer comienza a destacarse en Ocaña con Las Ibáñez, quienes ejercieron una especial influencia en los padres de la patria, Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. Nicolasa, la mayor, fue amante de Santander durante 15 años, mientras que Bernardina, la menor, fue una de las veinte jóvenes que, vestidas de blanco, le dieron la bienvenida a Bolívar a su llegada a Santa Fe después de la batalla de Boyacá.

Edilia Montaño, Disfraz de Leonelda (1959)

En su tanta veces citada Peregrinación de Alpha, el viajero y cronista del siglo XIX Manuel Ancízar dice: «Las damas de Ocaña siempre tuvieron fama de bellas, y en realidad lo son, a la par de amables e inteligentes.» No en vano, las personas más famosas de la historia de Ocaña fueron quizás las hijas del juez de puertos de la ciudad don Miguel Ibáñez y Vidal.

Las Ibáñez como han pasado a llamarse eran seis hermosas mujeres, y dos de ellas, Nicolasa y Bernardina, tuvieron amores con los personajes más importantes de su momento. Esto  confirma el dicho de que detrás de un gran hombre siempre ha habido una gran mujer.

El Ciego

Cada vez más hondo, en el oscuro pozo
Caía aquel ciego que veía,
Cuando los rumores advertían
Los engaños del hombre y sus destrozos.

En los años de su infancia ya pesaban
Los errores que su vida le han marcado.
Más cuando todo fue ya cosa del pasado,
De su cuerpo, el alma ya era esclava.

Y es que con débiles certezas
Labró aquel ciego su existencia.
Por creer simplemente en apariencias
Renunció a su vista, negó su naturaleza.

Con las armas cargadas de elocuencia
Pretendió tomar el mundo entre sus manos.
Y ya tarde, cuando el fin se hacía cercano,
Comprendió el valor de la abstinencia.

Un jardín lleno de rosas espinosas
Labró correctamente en el camino;
Pero por su esencia de asesino
Sus flores se volvieron agraviosas.

Cientos de cuerpos sintieron los arpones
De aquellos vegetales venenosos.
Lastimeras miradas por sus ojos defectuosos
Sucumbieron en la trampa de sus órganos bribones.

Aquello fue un daño irreparable
Y en el ciego ya pesaba su conciencia
Sus ojos presenciaban la indecencia,
De toda su conducta abominable.

Aprended de aquel hombre infortunado
Que su muerte provocó en aquel aljibe.
Finalmente asumió que era proclive
Por su vida cargada de pecados.

Cepefra.

Layo

Plástico, vidrio, cable eléctrico, chip, imán,
(protones, neutrones… neutrinos.)
Mente o espíritu, «cuerpo, alma y divinidad.»
Espejo de átomos en un mundo surreal.

Un corazón binario se ha dado sin más.

Y aquella red que posee dos esencias
permanece encendida, está ya dispuesta.
Escarabajos vibrando en ambivalencias
a nivel orgánico, vital mocedad.

01010100 01100101 00100000 01100001
01101101 01101111.

Tragicomedia

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