Archive for julio, 2013

ESTUDIO DOCUMENTAL SOBRE “LA TAMBORA”, EXPRESIÓN CULTURAL DE TAMALAMEQUE Y LA DEPRESIÓN MOMPOSINA

 

1)     CONTEXTO HISTÓRICO Y GENERALIDADES DE SAN MIGUEL DE LAS PALMAS DE TAMALAMEQUE (CESAR)

Pueblo de Tamalameque no

te podernos olvidar nos

brindas buena atención

cuando llegamos al festival

Ana Matilde Alvarado

San Miguel de las Palmas de Tamalameque (Cesar) es un municipio ubicado al sur del departamento del Cesar en la orilla oriental del Río Grande de la Magdalena. Fue fundado oficialmente en 1544 por Lorenzo Martín, luego de haber sido establecidos en la región algunos asentamientos por los que pasaron algunos personajes ilustres de la Colonia como Pedro de Lerma, Diego de Viana, Ambrosio Alfinger y Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá. Por estar a orillas del Río Magdalena, es una ruta obligada de paso del norte del país en la costa atlántica, hacia el interior del territorio nacional, por esta razón, es una de las poblaciones más antiguas del territorio colombiano, habiendo cumplido ya sus 460 años de fundación.

Tamalameque inicial mente fue un pueblo indígena enclavado en una isla en la Ciénaga de Zapatosa -posiblemente Isla Grande- ahí habitaba el Cacique Tamalaguataca o Tamalameque, una especie de Rey Indio que gobernaba toda la nación Chimila. Por los constantes ataques de los colonizadores españoles, los indios mudaron la población hasta junto al Río Cesar y le dieron el nombre de THAMARA o TAMALAMEQUE.[1]

En el museo del Oro de la ciudad de Bogotá, está expuesto un importante tesoro orfebre de la cultura Tamalameque que habitó esta zona del Magdalena Medio. . Hay una expresión bastante difundida entre los Tamalamequeros que dicen que “Tamalameque está escrita en letras de oro en Bogotá”. Eran reconocidas las prácticas de la orfebrería de la época, hasta hoy que se practican en la ciudad de Mompóx como una de las tradiciones inmateriales más importantes

El municipio de Mompóx, ubicado en el Departamento de Bolívar, cuenta con una tradición artesanal que ha perdurado a lo largo de siglos y en la cual resalta el arte de la orfebrería, no sólo por la mano de obra que vincula, sino también por el amplio reconocimiento social de esta labor.[2]

A este respecto, también encontramos el siguiente documento que lo atestigua:

 «Los vecinos de éste pueblo por mayor parte labran oro, e tienen sus forjas, e yunques, e martillos, que son de piedra fuerte: Algunos dicen que son de metal negro a manera de esmeril. Los martillos son tamaños como huevos o más pequeños, e yunques tan grandes, como quezo marroquí, de piedras foríissimas: los fuelles son unos canutos tan gruesos como tres dedos o más, y tan luengos como dos palmos. Tienen unas romanas sotiles con que pesan, y son de un hueso blanco, que quiere parecer marfil; y también los hay de un palo negro, como ébano. Tienen sus muescas e puntos para crecer e menguar el peso, como nuestras romanas; pesan en ellas desde peso de medio castellano, que son cuarenta e ocho granos, hasta un marco, que son cincuenta castellanos, que es ocho onzas no mas; porque son pequeñas romanas».[3]

Dentro de las generalidades del municipio, podemos decir que se llega a él por la troncal del Magdalena Medio que va hacia la costa Caribe. En la población de El Burro se desvía por una carretera de 17 km hasta llegar a su casco urbano. Tamalameque tiene algunos corregimientos, caseríos y veredas, siendo el más importante Puerto Boca por ser un paso obligado del carbón extraído por la empresa Ecocarbón. Por esta actividad económica, el municipio recibe regalías que en 1997 fueron de $300 millones de pesos.

La Comisión Nacional de Regalías aprobó el traslado de 300 millones a la Empresa Colombiana de Carbón (Ecocarbón) para iniciar los estudios del proyecto portuario del municipio de Tamalameque, dijo el experto de la Unidad Regional Costa Atlántica, Luis Eduardo Vides Gómez.

En comunicación enviada al director de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Horlandy Castro, el Experto explicó que fue aprobada por unanimidad, el pasado 2 de diciembre, los traslados presupuestales solicitados a la Comisión Nacional de Regalías que a su vez autorizó a Ecocarbón para el respectivo acto administrativo.

Se trasladaron 100 millones de pesos, correspondiente a la presente vigencia y 200 millones de la vigencia de 1998 del proyecto Inversión y Desarrollo Tecnológico Ambiental de los Carbones, al Puerto Integral de la Costa Atlántica con destino al convenio Promotora Puerto Fluvial de Tamalameque.

Puntualizó que el puerto de Tamalameque es una infraestructura básica para el desarrollo logístico del puerto de Bocas de Ceniza.[4]

La economía de este municipio, además del carbón, gira en torno a la pesca, que corresponde a  la actividad más importante pues la topografía de Tamalameque es particularmente formada por ciénagas, playones y humedales.

Esto da las dimensiones de su potencial pesquero, por el cual la gran mayoría de su población deriva su sustento de la pesca artesanal, comercializando sus productos con los pueblos circunvecinos y con la ciudad de Bucaramanga. [5]

Así mismo, la agricultura y la ganadería corresponden a otros sectores importantes de la economía.

El Municipio de Tamalameque tiene una extensión aproximadamente de 51.131 Has. de los cuales el 48% están destinados a la producción pecuaria, el 11% a la producción agrícola, el 16% corresponden a los espejos de agua, incluyendo los 30 Km. del Río Magdalena, el 19% lo constituye la reserva forestal y el 6% restante es área improductiva.[6]

Tamalameque es dueña de una abundante y rica tradición oral que la identifica de otras regiones del país, y que en cierta manera, ha contribuido para que se desarrolle la tambora como la representación artística más importante del lugar. Algunos elementos de esa tradición han servido para componer las letras interpretadas por las cantadoras, cuyos temas van desde lo religioso hasta situaciones de la vida cotidiana que tienen un influjo importante en la forma de vida de la gente.

Es de bastante mención la leyenda de la “Llorona loca” inmortalizada en el paseo de Benito Barros. Con la leyenda de la Luz Corredora, del caballo cojo  del cuero arrastrao, la llorona loca es la muestra de la tradición oral casi inmutable.

También es importante la celebración de las fiestas paganas y religiosas del municipio. Desde el aspecto religioso, se celebra la fiesta del Santo Cristo al que se le atribuyen cantidad de milagros, y la fiesta del patrono San Miguel. Estos días suelen acompañarse de guachernas de tamboras así como el treinta y uno de diciembre y la fiesta de la Pascua.

2)    LA TAMBORA DE SAN MIGUEL DE LAS PALMAS DE TAMALAMEQUE

En los tiempos de mi abuelo se bailaba la

tambora ahora que murieron ninguno le para

bolas.

Luis Eugenio Imbrechts

 

Dentro de todo el patrimonio inmaterial de la cultura tamalamequera, juega un papel preponderante la modalidad de canto y de baile autóctonos de esta región y que ha sido difundida por toda esta región del Magdalena medio que comprende el brazo de Mompóx.

Para comenzar definiendo el contexto histórico de esta expresión cultural, podemos decir que su nombre proviene del instrumento musical llamado Tambora (hembra). Instrumento éste formado por un cilindro de madera, cuyas dos bocas están cubiertas por unos cueros, generalmente de carnero, los cuales son golpeados con unas cortas varas o mambacos.

La tambora o bombo es un instrumento que ha sido asimilado por las comunidades afrocolombianas (…). Se fabrica con el tronco de un árbol llamado banco. Los parches se elaboran con piel de venado, chivo u oveja. Los elementos se ensamblan con la ayuda de un par de aros en los que se aseguran, de manera indirecta, las membranas. Tiene forma cilíndrica y profundidad media. Se considera un instrumento cuyo sonido es producido por la vibración de dos membranas en tensión.

Se toca por percusión sobre la membrana con una baqueta abollonada de 15 centímetros de longitud denominada remo, mientras el cuerpo se percute con otra baqueta de punta lisa llamada golpe. Parece ser que el sonido de la tambora depende de la calidad del cuero utilizado para la elaboración de las membranas. De acuerdo con esto, el sonido producido podría ser poco nítido y grave o nítido y agudo.[7]

La tambora o bombo como también se le conoce, es el instrumento de la organología colombiana con más presencia en los ritmos musicales del país. El área de difusión del instrumento abarca por lo menos tres grandes regiones culturales, la Caribe, el Pacifico y la Andina haciendo parte de sones, currulaos y rajaleñas entre otros. Para el caso del Caribe colombiano este instrumento hace parte de grupos de músicas tradicionales que se extienden desde la península de la Guajira hasta el norte de Antioquia y al igual que los tambores, es notable su ausencia en la música del Archipiélago colombiano. [8]

Hay una pequeña confusión que se produce al tratar de dar un significado al término real de la palabra tambora, pues designa un instrumento musical y al mismo tiempo, una forma de expresión dancística:

En efecto, para los pobladores de la depresión momposina, y en particular de los de la subregión de Loba, la palabra tambora se utiliza para designar indistintamente: una fiesta celebrada en la víspera de ciertas festividades religiosas en torno a la Navidad y al mes de diciembre, y que se ha venido secularizando; también, la música y la danza interpretada durante la celebración de esta fiesta; a la vez, el grupo instrumental u orquesta de percusión y voces que ejecuta esta música, además el más común de los ritmos que acompañan los bailes y cantos; y, finalmente, uno de los instrumentos de percusión de la orquesta [9]

Existen algunas teorías que ubican el nacimiento del instrumento musical en Europa en el siglo XVIII donde se usaba un instrumento en forma de bombo que servía en comparsas de carnaval y en desfiles militares. Su llegada a territorio americano y mas concretamente al colombiano se daría al hombro de militares que formaban parte de las bandas marciales que acompañaban los combates en épocas de guerras y los bailes en los ratos de paz.

Otra teoría ubica el nacimiento de este instrumento en las tierras nativas donde se han visto rezagos desde la Sierra Nevada de Santa Marta, hasta el norte del departamento de Antioquia.

La incorporación de la tambora a la percusión tradicional costeña se sugiere paulatina y mediada por la búsqueda de una mayor sonoridad o por el enriquecimiento armónico del conjunto instrumental, toda vez que ritmos actuales en los que se observa su uso, en especial los bailes cantados, se interpretaban originalmente solo con el tambor hembra o con los tambores hembra y macho.[10]

Otro de los instrumento utilizados en el baile de la tambora es el currulao, que corresponde a un cilindro semicónico de madera, forrado en su boca superior (la más grande) por un parche de piel, tensados con bejucos o cáñamos, y unas cuñas de madera; el cual es golpeado con las yemas de tos dedos mientras se suspende y se golpea rítmicamente contra el suelo, entre las rodillas y pantorrillas del ejecutante.[11]

Otro de los instrumentos utilizados son los gatillos que son una especie de tablillas de madera, éstos a su vez han sido reemplazados por las palmas que imitan el mismo ruido. En otras partes se suele usar una tamborina, similar a la tambora pero sin un parche en uno de los lados; esta se toca con las manos. Otro instrumento es el guache, un tubo metálico sellado con semillas en su interior. No se sabe su procedencia.

3) ORIGEN TRIÉNICO DE LA TAMBORA

Santanita la de Hatillo su

corona es un tembleque viva

San Martín de Loba y el

Cristo de Tamalameque

Gumersindo Palencia Gíl

 

Nuestras investigaciones nos llevan a concluir que «La Tambora» como manifestación cultural y folclórica del hombre del río Magdalena, tuvo una conformación triétnica, debido a que el indio, el Negro y el blanco, todos en su medida cultural y a su debido tiempo, hicieron su aporte, dentro del acontecer histórico del río Magdalena.

Los Indios Chimilas, esos bravos guerreros descendientes de los bravíos Caribes, poblaron el vasto territorio de la margen derecha del río Magdalena, desde frente a la isla de Mompox hasta Gamarra, cerrando un triángulo en el Valle de Upar. Ese vastísimo reino Chimila era regentado por el cacique Tamalaguataca, quien junto con su pueblo prefirió la extinción y la muerte al sometimiento del yugo español. Todavía quedan perdidos en la selva de la región Chimila, entre el Copey y Fundación un reducto de algunos descendientes de estos bravos guerreros, como testimonio de su existencia, conservando su original forma de vida; sin saber, tal vez, que en su momento, fueron los amos y señores de un reino y poderío, que haría palidecer de envidia a cualquier «Cacique» de nuestros días. En fin, estos bravos Chimilas, tal vez, en sus ceremonias religiosas, donde hacían sus ofrendas al dios MARAYAJNA, o a ITAYLAS su demonio, danzaban alrededor de un tronco hueco, el cual era golpeado por unos palos, arrancándole un ritmo para marcar la cadencia de la danza.

Sabido por todos el advenimiento del negro al territorio Americano; pues, bien, el negro fue introducido a través del rió Magdalena, como esclavo para el trabajo de minería y después fue remitido a la labor de boga en el rió para reemplazar el indio que estaba siendo aniquilado por este duro trabajo. El trabajo de boga que ejecutó primero el indio solo y después junto con el negro, dio pie para fundir en parte a estas culturas diferentes, pero unidas en el sufrimiento, haciendo posible el cruce racial también. El Negro aportó los parches a la Tambora e impuso el ritmo, del cual eran maestros en su África lejana, aportó además, el lamento en los cantos.

El Conquistador, el español que irrumpe en la vida americana, imponiendo violentamente su cultura — A más de la cruz y de la espada, trajeron el gonococo, como diría el Tuerto López—, El papel que desempeñan en la conformación de la Tambora, es la inclusión de su vestido. Como dato curioso, la negra que tuvo que vestir, obligada las prendas de la blanca; («Noches de San Zenón: El ama obligaba a la negra a vestir sus prendas, vestidos y mejores atuendos, para regocijo de los blancos»), pero como signo de rebeldía, la negra se dejó el faldón de la blusa por fuera, nunca se lo encajó, dejando testimonio de su dignidad. Este hecho significativo, de la rebeldía negra, lo hemos respetado y aún en nuestros días, al bailar la Tambora, nuestras mujeres no se encajan la blusa. [12]

4) MODALIDADES

Dale, dale, dale duro dale

duro a esa tambora que si

se rompe ese cuero el mío

yo lo pongo ahora.

Joaquín Daniel Vélez Vanegas

 

En el baile como en la interpretación del instrumento, se definen cuatro modalidades diferentes de aires que la hacen versátil y expresiva. Estos aires son:

La Tambora-tambora: es el más tradicional de éstos aires se caracteriza por el ritmo del canto y la instrumentación, donde los mambácos golpean el parche de la Tambora y suben una vez cada tantos compases a golpear la madera en la parte del borde del cilindro revestido de cuero.

La Guacherna: Es un ate más alegre, un poco más rápido que el anterior, donde los mambácos golpean primero el cuero y después la madera, subiendo ambos palos a golpear cuero y madera en el instrumento.

El Berroche o Pereque: Es el aire más alegre de la Tambora donde las baquetas, una golpea el cuero y otra la madera, dando unas resonancias características que invitan al baile, Canción típica de Berroche.

El Chandé: Es tal vez la modalidad más difundida nacionalmente debido al trabajo de Totó la Momposina; con el agravante de ser en muchas partes distorsionado en el aspecto de la Danza.

En muchos pueblos desapareció el Chandé y en otros, pocos ancianos lo bailan, por lo cual ha sido difícil recabar material auténtico sobre este aire constitutivo de la Tambora. La ejecución del instrumento es como la del Garabato, o Danza de la Muerte. [13]

5) BAILE

En épocas de diciembre se

oía sonar las tamboras y por

las calles de mi pueblo se

oía gritar la Llorona.

José Luís Robles Payares.

 En el baile de la tambora se puede ver de una forma clara la manera de pensamiento de las personas que interpretan la danza.

Es una Danza cadenciosa y sensual, donde los pies no se levantan del suelo, donde las caderas van serenas sin movimientos exagerados. En este rasca-pié de la Danza, el parejo invita y persigue a la mujer, mientras ella lo esquiva. Ella coquetea pero rehusé a la galantería del parejo; solo permite el mayor acercamiento en una parte de la Tambora que llaman «El Gosao», donde se acelera el ritmo de la canción y se repican los cueros de la Tambora. La pareja realiza en su Danza las actividades que el Cantador en sus versos va narrando.

Es muy importante también resaltar las noches de guacherna, que se celebran en la víspera de alguna fiesta religiosa importante o en navidad. En ellas, la gente suele reunirse en un sitio a bailar y a cantar tambora haciéndola parte de la celebración. Es muy frecuente el consumo de bebidas alcohólicas como el ron que lo provee la gente más pudiente de la comunidad mediante algunos juegos:

En estas noches de Guacherna, vale mencionar por sus características especiales la del 31 de Diciembre a amanecer primero de Enero, donde los tamboreros festejaban la entrada del Año Nuevo, con una Tambora más concurrida que las otras, ya que casi todo el pueblo asistía y en la madrugada, cualquiera cortaba una rama de un árbol a la cual le amarraban unas velas encendidas, armando «(El Pajarito)»; puestos de acuerdo, músicos y bailadores, levantaban la Guacherna, y comenzando el recorrido del poblado, Danzando y cantando detrás del «Pajarito» (La rama adornada con las espermas encendidas, que blandía una persona bailando delante del montón); en este recorrido se cantaba el Berroche: «El Pajarito”, parando frente a  la puerta de las casas de las personas pudientes, donde se les improvisaba versos, llenos de picardía, exigiendo en pago una botella de ron, quien no le diera, tenía que acompañar obligado a los Tamboreros, en el resto del recorrido. En los diferentes pueblos donde se practica la Tambora, cuando esta se hace caminando las calles del pueblo como en el caso del Pajarito en Tamalameque, se denomina como Tambora de paseo.[14]

6) VESTUARIOS

Yo te canto Chimichagua

y un favor te pido ahora

que me prestes tu Piragua

pa’ yo paseá la Llorona.

Luis Eugenio Imbrechts.

El baile de la tambora se hace con dos pintorescos trajes:

En el hombre, se utiliza un pantalón blanco y camisa blanca remangada. Un pañuelo rojo en el cuello y un sombrero “Concha e Jobo” a pie descalza.

La mujer tiene un ajuar más elaborado, tiene un vestido que simula el traje de la mujer española, pero con la particularidad que se porta como una negra con la blusa por fuera de la falda para mostrar la rebeldía del negro. La falda llega hasta los tobillos, la blusa es adornada por encajes, una pañoleta en el cuello y un tocado de flores rojas en el cabello que va hacia el lado izquierdo si se es señorita y al lado derecho si ya hubo desfloración.

Sobre esto de la flor de coral en la cabeza se dice: Quienes la lleven a la izquierda son señoritas y quienes la lleven a la derecha son señoras: Este dato es defendido por unos y rebatidos por otros en igual medida, por lo cual lo damos como dato curioso pendiente de confirmar.[15]

7) Personajes

 

Con mucho recuerdo y estima

menciono de corazón la que dio

nombre a la Tarima Pacha

Gamboa, madre del folclor.

Diógenes Armando Pino

 El baile de la tambora ha sido interpretado por diferentes personas y muchos han contribuido para que se desarrolle como lo tenemos actualmente. Entre ellos tenemos:

Pacha Gamboa: Menuda mujer de pelo lacio, que vivió hasta su muerte en Tamalameque, la menciono de primero, debido a que la pasión por las Tamboras, la hizo vivir anécdotas bellísimas, que enriquecen a nuestro folclor. Actualmente, la tarima donde se realiza el festival anual de la tambora, lleva su nombre.

Cuentan los abuelos, que era tal la pasión que sentía Pacha Gamboa por las Tamboras, que en noches de Guacherna se escapaba de su hogar, dejando a su marido dormido; se escapaba y se iba a bailar Tamboras hasta el amanecer, después de locuaz sigilosamente, volvía a su hogar, y silenciosa se deslizaba dentro del catre, bajo el toldo, donde roncaba su marido.

En una noche de tantas, el marido notó su ausencia y orientado por el sonar de Tamboras, se decide ir en busca de Pacha. Se dirige al ruedo de curiosos que rodea los bailadores, y en el centro alcanza a avizorar a su mujer, bailando extasiada la Tambora.

Ella nota su presencia, y en su gesto adusto, adivina su mal humor y la intención de vociferarle su falta ante la concurrencia. Por lo cual ella aprovechando el espacio de respiro del cantante, tomando personalmente la melodía, canta con melosa voz, mirando a su marido:

«Desde aquí te estoy mirando

cara a cara y frente a frente,

no me vay a deslucí

que estoy entre tanta gente».[16]

Brígida Maldonado: Cantadora de Tambora, se caracterizó por ser el juglar local, componiendo gran cantidad de canciones e improvisando versos, cual Rapsoda tamboreril, donde describía vida y milagros de sus vecinos.

Concho Guerra: Marido de Brígida Maldonado, máximo ejecutor del Currulao quien con sus dedos amputados por una lepra «Santanton», arrancaba de los cueros la magia de este ritmo hermoso llamado Tambora.

Digna Villarreal: Viva aún, la mejor voz cantadora de Tambora de la Región, quien toda la noche verseaba sin que su voz se debilitara. Tan bella y sonora era su voz, que los tamboreros sostienen, que en una noche de guacherna donde se daba la piquería, con unas cantadoras foráneas, causando tal envidia por su voz y su gracia, que estas le hicieron un maleficio dejándola  parapléjica de por vida.


[1] PINO ÁVILA, DIÓGENES ARMANDO, Tamalameque, Historia y Leyenda, Editorial Fumprocep, Bucaramanga, 1991, p.13.

[3] RANGEL PAVA, GENECCO, El país del Pocabuy, Bogotá, Editora Nelly, 1947, p.38-39

[9] CARBÓ RONDEROS, GUILLERMO. Tambora y Festival, Influencias del Festival Regional en las Prácticas de la Música Tradicional. Huellas, Revista de la Universidad del Norte. 14 (2008): 2

[11] PINO ÁVILA, DIÓGENES ARMANDO. La Tambora, Universo Mágico. Editorial Fumprocep, Bucaramanga, 1990, p.13-14

[13] PINO ÁVILA, DIÓGENES ARMANDO. La Tambora, Universo Mágico. P.15.

[14] Ibíd. P. 19

[15] Ibíd. P. 20

[16] Ibíd. P. 20.